“Un hombre debería de ser algo más que un caldo de testosterona hirviendo, algo más que un esclavo de su pene, alguien que pueda superar su educación, sus costumbres, sus zonas de confort y el diario autoengaño de qué es ser un hombre”.
Escucha aquí el programa:
Este relato pertenece a Daniel Drack, uno de los jóvenes que participaron en el encuentro “Masculinidades desde el underground” realizado el 15 de marzo de 2015; hombres de las escenas gótica, dark y punk reflexionaron sobre su construcción social e histórica, masculinidad, familia y cómo diversos factores han influido en su construcción como varones.
Durante su participación Daniel Drack, fotógrafo, músico y director de la Asociación Civil La Orden del Cister, reflexionó en torno a la violencia que ha ejercido y vivido como varón, así como los rituales de paso a los que estuvo expuesto para demostrar su “masculinidad”
“La violencia en México es la principal causa de muerte de hombres jóvenes”. Asa Cristina Laurell, una de las figuras más representativas de la corriente de la medicina social latinoamericana escribió lo anterior en su columna del periódico La Jornada en noviembre de 2014. Con el paso de los días este problema social se incrementa en nuestro país y son los propios jóvenes los que dan cuenta de ello pues, durante la mesa sobre Masculinidades underground que hemos mencionado, los participantes dieron testimonio del tema que comparten y que ha dañado su vida: la violencia.
Daniel Drack aseguró que es necesaria la reflexión en torno a estos temas: homofobia, misoginia, paternidad ausente, los ritos de paso y, por supuesto, el ser hombre:
“Para entender nuestro presente, tenemos que asimilar nuestra historia”
Así lo afirmó Fernando Salas, músico y entrenador de Artes Marciales Mixtas quien, durante su participación, lanzó la siguiente pregunta: ¿cuándo fue la primera vez que se dieron cuenta que eran hombres o mujeres?. Salas reflexionó en torno a la historia de su familia y cómo desde la infancia existen factores que determinan las conductas de nuestra adultez.
“Recuerdo que en mi infancia peleé con un primo que tenía la misma edad que yo; mi hermano y otro primo nos echaron a pelear y, cuando le estaba azotando la cabeza contra la banqueta, reaccioné, él ya había perdido el conocimiento. Toda mi infancia y también en la adolescencia tuve una actitud agresiva que he tratado de erradicar, es por eso que ahora, con mis propios medios, trabajo en torno al tema de la violencia y el género”.
Este relato pertenece a Elizabeth Herrera Gallardo, psicóloga y directora del colectivo por la no-violencia Lunas Negras; ella fue una de las organizadoras de la primera jornada sobre “Masculinidades desde el underground” y en su opinión es importante hablar de la violencia, nombrar los conflictos que hombres y mujeres afrontamos, mantener el diálogo y abordarlo desde diversas disciplinas; para ella las etiquetas no tienen importancia y aunque desde niña han formado parte de su vida, afirma que deberíamos de empezar a dejarlas de lado para tratarnos más como seres humanos y menos como sujetos de género:
Erradicar la violencia requiere de un trabajo profundo, los participantes de esta mesa aseguran que es necesario analizar nuestra historia; crear espacios de reflexión, observar y cuestionar nuestras conductas, las que nos ponen en riesgo y las que ponen en riesgo a otros. Trabajar juntos, hombres y mujeres, dará pauta a un diálogo más incluyente que generará nuevas posibilidades para relacionarnos de forma sana y equitativa.
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México 48.8% de sus habitantes son hombres.
