“El dolor del desarraigo y la cultura alimentaria del exilio, son efectos profundos del desplazamiento”.
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Latinoamérica ha sido emisor y receptor de exiliados. La guerra, guerrillas y conflictos políticos de países como Colombia, Honduras, El Salvador y Guatemala convirtieron a México en refugio de hombres y mujeres que salieron de su país ante las amenazas de muerte y la violencia cotidiana. Sin embargo, hay algo que los exiliados llevan consigo para lidiar con el dolor del desarraigo: los sabores y sus recetas.
Es la voz de Mónica Godoy Ferro, antropóloga, maestra en historia y estudios de género. Ella es colombiana y durante varios años estudió la situación de los exiliados latinoamericanos radicados en México y aunque la primera intención de Mónica Godoy fue investigar las vivencias de mujeres exiliadas a través de sus recetas, también se percató de que la presencia de los hombres en la cocina es fundamental pues “no tiene que ver con un asunto de poder, sino con el hecho de compartir como seres humanos”
De acuerdo con la Encuesta sobre la Población Refugiada en México 2011, 58.1% de la población exiliada en nuestro país son hombres y 41.9% mujeres. Pero esta cifra que toma en cuenta a refugiados de todo el mundo cambia cuando se refiere a los refugiados Sudamericanos, en este caso el porcentaje de mujeres aumenta a 59.5%. Muchas de estas mujeres exiliadas son madres, que han enseñados a sus hijos la cocina de su país como un sentimiento de arraigo, un puente de conexión con sus lugares de origen. Es así como los hombres viven una reestructuración de género a través de la cocina:
Con base en su experiencia y estudios sobre el exilio, la Maestra Godoy asegura que hace falta ampliar la mirada en las investigaciones, quitar prejuicios, romper estereotipos y alejarse un poco de la academia para observar los contrastes con la realidad.
Para quienes participaron en su investigación, a quienes la antropóloga Mónica Godoy llama co-autores, la cocina permite abrir entornos íntimos que develan la esencia de esos hombres y mujeres exiliados, a través de los sabores todos ellos rompen las fronteras de la nacionalidad y también las de género.
La cocina, afirma Mónica, permite una interrelación distinta porque en ese espacio no se trata de hacer cosas según el género, ya que dadas las circunstancias del exilio quienes lo viven tratan de compartir y adoptar actitudes que les ayuden enfrentar el dolor del desarraigo.
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México 48.7% de su población son hombres.
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Ligas a documentos consultados para este programa:
Rechazo de refugiados:
http://www.comunicacampeche.com.mx/Php/evidencias.php?id=140852
Refugiados en México, estadísticas:
Refugiados en México: de país solidario a tierra inhóspita
http://terceravia.mx/2015/09/refugiados-en-mexico-de-pais-solidario-a-tierra-inhospita/
Analisis e investigación sobre migración y asilo
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