¿Cómo se sintió usted cuando actuó de esa manera?
Con preguntas como ésta los psicólogos del instituto WEM provocan que los hombres entren en contacto con sus emociones y reconozcan los malestares que generaron la construcción de esa armadura que lo distancia de los otros: los suyos.
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No hay regaños, sermones o señalamientos, en WEM, los cambios ocurren a través del autoanálisis y la reflexión.
El buen trato es pilar fundamental en el trabajo que realiza con hombres el instituto WEM. Ser cordiales y amables con los varones que llegan a los grupos de trabajo, ha provocado que éstos cumplan de manera más satisfactoria con su proceso de reflexión, e incluso, que inviten a otros hombres a integrarse a las actividades de esta asociación. Jaime Enrique Chávez teólogo, educador popular y director de WEM, nos dijo cómo es el trato con los hombres que llegan.
¿Cómo se sintió usted cuando actuó de esa manera?
Con preguntas como ésta los psicólogos del instituto WEM provocan que los hombres entren en contacto con sus emociones y reconozcan los malestares que generaron la construcción de esa armadura que lo distancia de los otros: los suyos.
Las medidas punitivas no provocan un cambio consciente de actitudes violentas; sin embargo la introspección y la reflexión sí. Por este motivo los varones llegan a WEM, muchas veces por invitación de algún amigo, hermano, cuñado, e incluso, por petición de su pareja.
Los medios de comunicación juegan un papel protagónico en el trabajo que desarrolla WEM porque los mensajes son elaborados con base en todo este proyecto del Instituto: fuera estereotipos; ni ridiculizar, ni fomentar la masculinidad hegemónica. El objetivo de los programas radiales o televisivos es que la gente conozca el trabajo de WEM, donde la historia de vida de cada hombre provoca que vivan un proceso de transformación. Álvaro Campos Guadamúz, presidente del instituto WEM, afirma que para lograr cambios satisfactorios es importante buscar la metodología adecuada para trabajar con los hombres en el contexto de cada país.
Los hombres que han pasado por WEM refieren haber llegado con problemas de “agresividad, violencia, posesividad, mal control del enojo, maltrato físico y emocional hacia la familia”… después de trabajar varias sesiones en el instituto dijeron haber “aprendido a comunicarse, a ser asertivos y a expresar sus emociones sin miedo”; en general lograron “ser mejores personas y mejorar sus relaciones con la pareja, hijos y la gente que los rodea”. Estas experiencias son resultado de la apuesta del instituto WEM: el buen trato invita a realizar cambios.
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