¿Qué sienten? …
¿Cómo es la vivencia de mujeres y hombres cuando han sido diagnosticados con infertilidad?
Indagar sobre estas preguntas desde una perspectiva antropológica, fue un de los objetivos de la Doctora en Ciencias Antropológicas Mayra Lilia Chávez-Courtois cuando realizó el trabajo titulado “Algunas diferencias culturales de parejas con diagnóstico de infertilidad, tratamientos y el sistema de género y cuerpo”.
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La Doctora Chávez pudo observar que cuando las personas no pueden cumplir con la exigencia social de la reproducción, sufren cambios en la percepción que tienen sobre sí mismos y sobre su vida en pareja.
El número de diagnósticos de infertilidad es muy similar en hombres y mujeres, casi el 50% corresponde a hombres y el otro 50% a mujeres. Las diferencias se hacen notar en las vivencias que cada uno experimenta, una vez que han decidido someterse a un tratamiento con intervenciones médicas. Las mujeres con las que trabajó la Doctora Chávez refirieron sentir una invasión a su cuerpo; por su parte, los hombres manifestaron vergüenza a causa de las pruebas físicas.
Además de las molestias y el dolor físico que experimentan mujeres y hombres durante el proceso del tratamiento, existe un dolor que se vive de manera más íntima: el dolor viviente.
Ante las vivencias que se experimentan durante el tratamiento médico las personas “van tomando decisiones respecto a su estar en la vida… e intentan redefinir su condición de género ante la presencia de la infertilidad”. Al no poder tener hijos, aún después del tratamiento, explica la Doctora Chávez, muchas mujeres cambiaron su idea de la maternidad como medio para ser una “verdadera mujer”, mientras que los hombres dirigieron su rol de proveedor hacia otras personas, por ejemplo, sus sobrinos.
La infertilidad es vivida por mujeres y hombres de dos maneras: individualmente y como pareja. Debido a la naturaleza de los tratamientos, el dolor físico y viviente es experimentado de diferente manera por cada uno de ellos, pero también es un proceso que “se sufre de manera paralela y conjunta, independientemente de quien tenga el diagnóstico”. Esta afirmación de la Doctora Chávez se basa en el trabajo de investigación que realizó con una perspectiva social y antropológica. En opinión de la investigadora, si este tipo de trabajos contaran con una amplia difusión en los medios de comunicación, podrían contribuir a crear leyes y políticas públicas sobre la infertilidad y la reproducción asistida con una perspectiva humanista y de género.
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