Una cultura de paz nace y se fortalece a través del trabajo colectivo, escuchando al otro, a los otros.
¿de qué forma hacemos la guerra? como espectadores o participantes. Con esta pregunta Héctor y Patricio, activistas jaliscienses del colectivo “Dejar de chingar: grupo de masculinidades en conflicto”, presentaron su trabajo “¿Cómo ser hombres de Paz en tiempos de guerra?”. Durante su participación en la mesa de trabajo “Masculinidad y educación para la paz”, estos activistas manifestaron su preocupación por el uso de las nuevas tecnologías para reforzar los estereotipos de género y dañar al otro, a los otros.
Educar para la paz.
Azucena Isabel Flores es profesora de la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo, ella confía en la educación como un método para revertir la violencia “porque los jóvenes han nacido y crecido en ambientes violentos. Para ellos la violencia es normal, así como correr riesgos o reafirmarse como hombres a través de actividades que atentan contra su vida”. Educar y nombrar es el trabajo que hace Isabel Flores en los “talleres de sensibilización con perspectiva de género en contextos universitarios”.
Los hombres adultos también necesitan ayuda para nombrar su violencia.
En el estado de Hidalgo la investigadora Melissa Pani ha impulsado un programa de intervención en la Unidad Especializada en Prevención a la Violencia Familiar y Sexual. Su taller se llama “Masculinidades en transición: intervención psicosocial con hombres que ejercen violencia de género,” se trata de un trabajo con hombres adultos que reflexionan sobre diferentes aspectos de su vida.
Unir esfuerzos para atender a los niños que viven en ambientes violentos evitará que surjan nuevos agresores. Flor Angélica Almendrales Gil, Psicóloga colombiana, especialista en Desarrollo Infantil y Procesos de Aprendizaje, señaló que trabajar con menores es una forma efectiva de erradicar la violencia, ejemplo de ello es el proyecto del Colectivo Sin Fronteras, grupo que enseña a niños y niñas a reconocer sus emociones a través del arte y el cuerpo. Almendrales Gil opina: en vez de formar hombres para la paz, hay que formar ciudadanos para la paz…
Educar para la paz es un trabajo colectivo que implica reflexionar y actuar desde diferentes contextos: social, educativo, familiar e incluso virtual. También implica trabajar con niños, jóvenes y adultos; preguntarnos ¿cómo participamos en los actos violentos?, ¿de qué forma somos cómplices de esa violencia?. Para responder a estas preguntas Flor Angélica Almendrales aseguró que es fundamental pensar y actuar como “ciudadanos que buscan generar ambientes de paz” y reconocernos como seres humanos antes que como hombres o mujeres.
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México 48.7% de su población son hombres.
Escucha la conferencia completa: Masculinidad y educación para la paz:
