Reprimir las emociones no es sano, porque provoca problemas para la salud física y psico-emocional; sin embargo, desde temprana edad a los varones se nos enseña a no mostrar emociones. No llores, sé fuerte, aguántate, son frases que los niños escuchan comúnmente durante su infancia y que determinan la manera en que muchos de ellos vivirán su educación emocional: en silencio. El Doctor Carlos Ramírez Hernández afirma que reprimir la expresión emocional “no permite que los hombres nos desarrollemos plenamente”.
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¿Cómo nos enseñaron a sentir?
¿Cómo nos enseñaron a expresar nuestras emociones?
“Como si fuéramos unas rocas”
El Doctor en Psicoterapia Carlos Ramírez Hernández afirma que el silencio emocional -al que estamos habituados los hombres desde la infancia- provoca problemas de salud, conductas de riesgo y malestares psicoemocionales. Muestra de ello es que entre las principales causas de muerte en hombres jóvenes se encuentran los accidentes vehiculares y el suicidio. El Doctor Ramírez señala que los estereotipos de género que limitan la expresión emocional “no permiten que los hombres nos desarrollemos plenamente”.
Cuando éramos niños quisimos decir cómo nos sentíamos y nos reprimieron, “por eso muchos hombres no sabemos expresar nuestros sentimientos”. El Doctor Ramírez comenta que esa represión provoca dificultades en la comunicación y la necesidad de recurrir a máscaras para relacionarnos con los otros.
Diversos investigadores y activistas que trabajan en torno a la violencia y la masculinidad, opinan que el silencio emocional es uno de los factores de riesgo que alimenta la violencia hacia los otros y hacia uno mismo. Durante la atención psicoterapéutica que el Doctor Ramírez brinda a hombres y mujeres, ha observado que “nadie se la pasa bien” porque la falta de expresión emocional provoca malestares profundos en todas las personas.
¿Cómo te sientes?
El Doctor Ramírez opina que esta pregunta, aparentemente simple, resulta difícil de contestar para los hombres; por tal motivo, él afirma que “necesitamos crear una realidad donde estén incluidos los afectos”.
Reprimir las emociones no es sano, porque provoca problemas para la salud física y psico-emocional; sin embargo, desde temprana edad a los varones se nos enseña a no mostrar emociones. No llores, sé fuerte, aguántate, son frases que los niños escuchan comúnmente durante su infancia y que determinan la manera en que muchos de ellos vivirán su educación emocional: en silencio. El Doctor Carlos Ramírez Hernández afirma que reprimir la expresión emocional “no permite que los hombres nos desarrollemos plenamente”, por ello invita a decir lo que sentimos, a mostrar nuestras emociones, a “no dejar de lado las sencillas formas de la expresión humana”.
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