Hay cosas que no se cuentan …y duelen mucho
Corrupción, violencia e inseguridad colocan a México como uno de los países con mayor índice de violación a los derechos humanos; para iniciar la construcción de una cultura paz es necesario reconocer los orígenes de esta violencia y entender, desde diferentes ángulos, la forma en la que se propaga. Así lo dice el sociólogo Emilio Álvarez Icaza: “la paz tiene que trascender los discursos y pasar del papel a la realidad. La paz, tendría que convertirse en una construcción pensada para las nuevas generaciones.
Escucha el programa completo:
Fotografía tomada de internet[/caption[/embed]
Reconocer al actor violento permitirá erradicar la violencia, afirmó Álvarez Icaza durante su participación en el Encuentro Internacional por una Cultura de Paz, sin embargo, no es suficiente identificar a una persona como agresor de otra, también es necesario reconocer que hay otros factores: ¿cómo nos vulnera el sistema? ¿cómo lo hace el gobierno? ¿cómo nos agrede y margina la economía de nuestro país?
El estado está inmerso en un contexto de violaciones a los derechos humanos, y estas violaciones son una realidad porque el sistema de justicia las permite y, peor aún, las incentiva. Ante este panorama, Álvarez Icaza, pidió que la violencia sea examinada de lo micro a lo macro, ubicando en lo macro al sistema de justicia y las instituciones gubernamentales.
Fotografía tomada de la página de la Universidad del Claustro de Sor Juana[/caption[/embed]
Durante el Encuentro Internacional por una Cultura de Paz, realizado en el Claustro de Sor Juana, Álvarez Icaza explicó que la sociedad en su conjunto está obligada a trabajar el fenómeno de la noción de la dignidad para generar entre lo individuos un desarrollo de paz que contemple como prioridad el respeto, en principio a sí mismos y también con los otros seres humanos.
Pensar en la paz, implica reconocer la violencia en sus diversas manifestaciones, quién y qué la propaga. La violencia se ha convertido en un acto cotidiano y lo más preocupante, asegura Álvarez Icaza, es que las nuevas generaciones, los que ahora son niños, están creciendo con esta noción de la vida. Por ello la paz necesita convertirse en un compromiso social, fuera de actos políticos y discursos en apariencia correctos. Si queremos construir una cultura de paz, necesitamos pensar en la dignidad humana como el eje central del respeto mutuo.
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México 48.7% de su población son hombres.
Escucha la mesa magistral de apertura del Encuentro Internacional por una cultura de paz