Trabajemos por deconstruir los modelos de socialización masculina para expresar afectos y emociones con plenitud.
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Estudiar el vínculo entre el contagio de VIH y la masculinidad le permitió al maestro Guillermo Rivera Escamilla orientar su trabajo a otra rama: la investigación con la comunidad transgénero. Este sector de la población sigue siendo vulnerable en el siglo XXI, sobre todo porque, “a pesar de que ha roto con ciertas construcciones de género, replica otros aspectos perjudiciales que se le han adjudicado a la “masculinidad”: la falta de autocuidado, la imposibilidad de pedir ayuda y la violencia.
Homosocialización violenta a través de las palabras. Guillermo Rivera utiliza este concepto para nombrar aquellas palabras y acciones que empleamos en nuestro discurso en la vida cotidiana y que manifiestan violencia, que transgreden a otros, que violentan y vulneran porque cuestionan la masculinidad basada en la hombría: mandilón, joto, puto. “Homosocialización violenta”
En opinión del maestro Rivera Escamilla el IX congreso de la AMEGH se ha convertido en un espacio que puede promover la Política de los afectos porque permite dialogar sobre lo que nos vulnera y lastima, nos reconoce como seres humanos individuales con necesidades específicas y porque, a través de las investigaciones presentadas, se puede tener un panorama más amplio de lo que implica generar una cultura de paz para vivir en plenitud.
¿qué hace falta para involucrar a los hombres en la construcción de una cultura de paz? Esta fue una de las inquietudes planteadas al maestro Guillermo Rivera Escamilla durante la presentación de su trabajo “Afectos, autocuidado y autoengaño ¿por qué los hombres nos negamos a querernos?” En su opinión, hay tres ejes fundamentales en los que es necesario empezar a trabajar: la infancia, el diálogo y la escucha.
Para Guillermo Rivera Escamilla el uso que hacemos del lenguaje es fundamental porque éste permite nombrar las múltiples realidades que nos rodean; sin embargo, también hay que ser cuidadosos porque hemos normalizado la “Homosocialización violenta” en nuestro lenguaje y actuar cotidiano, se violenta a otros con acciones pero también a través del lenguaje. En opinión del maestro Escamilla, es necesario que la cultura de paz se propicie desde el cómo nombramos las cosas y, a partir de estas reflexiones, construir una forma de manifestar nuestros afectos que nos permita dialogar con los otros sobre lo que nos vulnera y lastima. De esta forma, es probable que podamos enseñar a las nuevas generaciones otras maneras más respetuosas, equitativas pacíficas y plenas de vivirse como seres humanos.
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México 48.7% de su población son hombres.
Escucha la participación del maestro Guillermo Rivera Escamilla durante la presentación de su trabajo “Afectos, autocuidado y autoengaño ¿por qué los hombres nos negamos a querernos?”
