¿Y… si reconociéramos a los hombres como personas que también damos vida?
Está claro que los hombres no nos embarazamos”, afirma del filósofo y Doctor en Sociología y Demografía Juan Guillermo Figueroa, pero lo cierto es que muchos experimentamos emociones y vivencias cuando ejercemos la paternidad. Estas experiencias pocas veces son nombradas y por lo tanto no son visibilizadas, no existen.
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En el tema de los derechos y la salud reproductiva los conceptos y discursos están centrados en la mujer, por este motivo el Doctor Figueroa opina que desfeminizar el lenguaje contribuiría a integrar a los hombres de mejor manera al ejercicio de la paternidad y, a “nombrar las diferentes realidades que queremos construir”
En México, la información sobre las experiencias de paternidad, el trabajo en torno al tema -de activistas y algunas instituciones educativas- proviene de los estudios realizados por diversos investigadores; sin embrago, no hay datos de paternidad obtenidos por instancias oficiales dedicadas a la salud, demografía y población. Esto determina de manera importante la concepción que se tiene de los derechos reproductivos y salud de los hombres. Dice el Doctor Figueroa…
La Organización Mundial de las Salud define la muerte materna como aquella que sucede por complicaciones durante el embarazo o el parto, pero… ¿una mujer no puede morir por ejercer su maternidad aunque sus hijos ya sean grandes?, ¿Son nada más biológicas las causas de muertes maternas? En opinión del Doctor Figueroa en los hombres, al igual que en las mujeres, la paternidad está totalmente relacionada con su salud y enfermedad.
¡Sí!, los hombres dan vida, y muchos cuidan de ella.
A través de testimonios de diversos padres y casos obtenidos a partir de sus investigaciones, el Doctor Figueroa ha podido constatar que por ser padre se sufre, y también, se puede morir.
“Si nombramos a los hombres como sujetos reproduciéndose, si nombramos sus derechos reproductivos, si ellos exigieran su derecho a acompañar el proceso de nacimiento, atención y cuidado de los hijos, ¿no beneficiaría esto la salud materna, además de la paterna y la de los hijos?” Este planteamiento nos hace pensar en una respuesta afirmativa; sin embargo, para que esto suceda es necesario cuestionar la manera en que individuos e instituciones concebimos la reproducción y el papel de los hombres en ella. El Doctor Figueroa señala que ese cuestionamiento debe empezar desde el lenguaje, desde los conceptos y palabras que utilizamos y las que podemos utilizar para nombrar nuestra realidad.
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