“No podemos hablar de equidad ni de igualdad sino contemplamos a todas las personas”.
La Doctora en Salud Colectiva, Sara Fernández Moreno, señala que es importante incluir a mujeres y a hombres en los estudios de género, en las políticas públicas y también en el lenguaje. El uso de un habla y una escritura incluyente es un tema que ha provocado un debate entre estudiosos del género y diversos especialistas relacionados con el uso de la lengua española.
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“La gramática es ajena a la valoración social”, no hacer distinciones de género al expresarte no te hace sexista, así como hacerlas no significa necesariamente que se tenga más respeto hacia la mujer, afirma la filóloga del Colegio Nacional Concepción Company; sin embargo, para evitar confusiones e inconformidades sobre el uso de un lenguaje incluyente, la Doctora Fernández propone utilizar palabras que no estén sexuadas como sucede en otros idiomas diferentes al español.
“La palabra es fundante” y permite nombrar la realidad presente, pero también realidades a las que se quiere llegar. Para la Doctora Fernández hablar de cultura de paz es necesario, sobretodo en contextos como los que viven Colombia y México.
Para lograr la paz se debe trabajar en procesos colectivos, así como en la dimensión personal. En opinión de la Doctora Sara Fernández, en este segundo aspecto es importante tener en cuenta las vivencias relacionales, por ejemplo ejercer de manera amorosa y responsable los derechos sexuales y los reproductivos.
Tener hijos es una gran responsabilidad y es de por vida; por este motivo la Doctora Sara Fernández sueña “con que la reproducción sea afectivamente excepcional”, porque de esta manera, los niños pueden crecer en un entorno amoroso y pacifico; y por otro lado, como diría Juan Guillermo Figueroa, “los coautores de la reproducción” pueden ejercer una paternidad no sólo responsable, sino también gozosa. Sara Fernández afirma que que la sexualidad y la reproducción pueden ejercerse sin culpa, de manera responsable y amorosa; decirlo así, es un claro un ejemplo de la manera en que el lenguaje nombra las realidades que hoy ya son posibles.