La violencia moldea nuestro lenguaje. También nuestro cerebro.
Así lo muestran estudios neurofisiológicos basados en la teoría catecolaminérgica. Estos sostienen que los estímulos violentos y estresantes provenientes del exterior, tienen influencia en la formación del cerebro desde la vida intrauterina.
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Los estímulos violentos y estresantes provenientes del exterior, tienen influencia en la formación del cerebro desde la vida intrauterina. El Doctor en Investigación Psicológica y Psicoanalítica, Hans Oleg Olvera, comenta que lo anterior se debe a que sustancias como la adrenalina, dopamina y noradrenalina forman una especia de “bomba bioquímica conectada al grado de tensión de la madre”
Cuáles son las consecuencias de que el sistema nervioso de un bebé sea impactado con violencia y tensión?
Entre ellas -afirma el Doctor Olvera- se puede mencionar el favorecimiento de personalidades “violentas, con conductas psicosociales, capaces de romper los patrones sociales de convivencia”.
Foto tomada del twitter del Dr. Olvera: @HansOleg
La paz se puede fomentar a partir de la manera en que utilizamos el lenguaje y con la procuración de entornos favorables para la salud mental de las personas. En un estudio realizado por el Doctor en Ciencias, Roberto Mercadillo, se pudo observar que “en el cerebro se activan las mismas regiones cuando se favorecen actos compasivos y actos violentos”. Debido a lo anterior cabe preguntarse ¿de qué depende que una persona decida realizar un acto u otro?
Si nos desarrollamos en un ambiente violento será más fácil que nuestro cerebro responda con violencia, “porque estos contextos crean huellas para poder responder adaptativamente a este entorno”. Por este motivo, en otro experimento del Doctor Mercadillo realizado con mexicanos, se observó su respuesta cerebral: con envidia ante los privilegios de los otros, y con placer al saber que otra persona ha sido castigada.
Foto tomada de: https://www.youtube.com/watch?v=fDoGAj2K4U0
Nuestro contexto cotidiano nos inclina a tomar actitudes que favorecen la violencia. Tres ejemplos: la opinión favorable sobre la portación de armas en México, la pena de muerte y el placer que causa el linchamiento o ajusticiamiento de algún delincuente. Ante esta realidad el Doctor Hans Oleg propone fomentar un cerebro sano desde la vida intrauterina y mejorar la convivencia social a través de la cultura y el arte porque –afirma el Doctor Mercadillo- “si bien es cierto que la violencia moldea nuestro lenguaje y nuestro cerebro, también hoy sabemos que en él hay regiones que tienen la función de dar respuestas compasivas y cooperativas”. Esto significa que socialmente es posible fomentar estas actitudes compasivas y cooperativas que refuerzan la idea del bien común.
Escucha completa la mesa «Laberintos Estancos de la Modernidad»:
En ella participaron la Doctora en Psicología Social Luciana Ramos Lira, el Doctor en Ciencias Roberto Mercadillo, el periodista Ricardo Raphael, el Maestro en Clínica Psicoanalítica Freud-Lacan, Heber Misael Ramos y el Doctor en Investigación Psicoanalítica Hans Oleg Olvera.
Esta mesa fue realizada en el Encuentro Internacional por una Cultura de Paz. Claustro de Sor Juana, septiembre de 2017.
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