¡Ay Jalisco no te rajes!
Con esta frase aun se identifican muchos hombres jaliscienses, que ante las presiones sociales no tienen la posibilidad de externar lo que sienten o piensan; situaciones que derivan en enfermedades mentales o físicas, como ocurre con hombres trabajadores en las granjas lecheras de los altos de Jalisco para quienes “rajarse” en el trabajo es perder identidad como hombres proveedores.
El sociólogo Héctor Eloy Rivas Sánchez de la Universidad Autónoma Metropolitana afirma que “las diferencias tan abismales entre la mortalidad de hombres y mujeres revelan el protagonismo de los varones en los índices de mortalidad por accidentes y otras causas violentas, lo que podría ser explicado como producto de la exposición gratuita a riesgos, la ausencia de autocuidado y los patrones de conducta autodestructivos a los que predispone el modelo dominante de identidad masculina en nuestra cultura”.
Con esta afirmación coincide la investigadora Griselda Uribe Vázquez, del Instituto de Estudios Económicos y Regionales (INESER) de la Universidad de Guadalajara, quién junto con la maestra Dolores Ávila y el maestro Sergio Gonzáles ha realizado una investigación en torno a la “Masculinidad y salud laboral en las granjas lecheras de los altos de Jalisco”, presentada en la mesa Políticas públicas durante el séptimo congreso de la AMEGH.
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo, en abril del 2013 el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dio a conocer que, en promedio, cada año se registran 346,000 accidentes de trabajo; 5,000 personas sufren enfermedades causadas por el trabajo que realizan y 1,000 mueren en el desempeño de sus labores y a consecuencia de ellas.
También en 2013 la Secretaría de Trabajo y Previsión Social emitió un documento con “Información sobre accidentes y enfermedades de trabajo 2003-2012” este análisis indica que tan solo durante el 2012 82.524 hombres sufrieron algún tipo de traumatismo superficial, seguido por 65,173 hombres con heridas, mientras que 64,642 varones tuvieron algún tipo de accidente que les provocó luxaciones, esguinces o desgarros.
La maestra Griselda Uribe comenta que en el ámbito laboral los hombres no tienen una cultura del cuidado sobre su persona, ya que el trabajo les otorga identidad con su masculinidad, como proveedores y jefes de familia, razón por la que no son conscientes de los factores que ponen en riesgo su bienestar.
El estrés, la diabetes, enfermedades del corazón, depresión, lesiones, fracturas y mutilaciones son algunas de las enfermedades y riesgos que con mayor frecuencia enfrentan los hombres en el ámbito laboral.
La Maestra Griselda Uribe comenta que para empezar a cambiar este panorama es necesario que los hombres reconozcan sus emociones, ya que aunque existen normas legales que intentan regular los riesgos laborales, los hombres se han convertido en máquinas de trabajo.
Los hombres nos enfermamos, vivimos bajo presiones sociales y laborales, mismas que con el paso del tiempo se transforman en enfermedades, crisis psicológicas y accidentes que pueden mermar nuestra salud y hasta terminar con nuestras vidas. Es necesario poner énfasis en las palabras de la maestra Griselda Uribe: los hombres tenemos que reconocer las situaciones de riesgo, aceptarlas y adoptar una cultura sobre el cuidado de nuestra persona y mejorar nuestra calidad de vida.
Escucha aquí el trabajo sobre “Masculinidad y salud laboral en las granjas lecheras de los altos de Jalisco”:
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Jalisco 49% de sus habitantes son hombres.
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