“Los castigos no erradican el problema de violencia de genero, solamente lo contienen”.
La violencia de género es parte de nuestra vida diaria, se aprende… se reproduce. Sin embargo, en la actualidad el tema es considerado un problema interrelacional que requiere entender las historias de vida de víctimas y victimarios, su construcción cultural y social. Las relaciones violentas -afirma Valeria Villa, Psicoterapeuta sistémica y narrativa- son ejemplo de esta problemática.
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¿Podemos atender el problema de la violencia? Víctor Fernández McGregor, facilitador en Mhoresvi y especialista en violencia social y derechos humanos, está convencido de que lo primero y más importante es reconocer cómo se manifiesta en la sociedad mexicana porque la violencia se ha incrementado en hombres y mujeres
Se ha generado un estigma que señala a los hombres como potenciales violentadores, como si su condición de género los colocara en esa clasificación. Patricia Ravelo Blancas, Dra. especialista en Antropología Médica, jurídica y de género, explica que no se trata de justificar o proteger a los culpables si no de desmontar etiquetas que nos permitan entender el trasfondo de las acciones violentas que ALGUNOS hombres ejercen sobre las mujeres y también sobre otros hombres.
Isabella Esquivel, Maestra en Políticas Públicas y Género, coincide con Patricia Ravelo y agrega que es necesario hacer un diagnostico de los hechos violentos y a partir de ese diagnóstico implementar medidas para entender y atender la violencia de género.
“Las políticas públicas con perspectiva de género implementadas sólo como sanción, no erradican los problemas relacionados con las violencias de género. Para actuar en consecuencia, es importante pensar en los núcleos familiares, el papel de la paternidad y maternidad”, explica Isabella Esquivel, integrante del colectivo Cómplices por la igualdad. En su opinión, “es necesario ser críticos y meticulosos a la hora de juzgar e implementar políticas públicas para atender este tipo de violencia, porque las medidas de prevención se han convertido en medidas permanentes que no erradican el problema, lo contienen”, por eso necesitamos “desmontar etiquetas” que nos permitan entender el trasfondo de las acciones violentas. Sí, es un asunto de interés y acciones públicas pero también personal: ser autocríticos nos permite propiciar el hábito de la reflexión cotidiana y construirnos a partir de aprendizajes más empáticos, justos y libres.
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