Los jóvenes somos testigos del surgimiento de masculinidades empáticas y comprometidas con la equidad de género, pero también hemos visto la proliferación de otras que son racistas, clasistas, machistas y extremadamente violentas. Muchos de nosotros estamos viviendo el dinamismo de una sociedad que se construye de una manera distinta, pero la queremos sin violencia ¿será posible esto? La maestra Solana Quesada afirma que “No existen recetas para acabar con la violencia de género” pero también dice que se puede trabajar en la “sensibilización y concientización de los hombres sobre sus propias vulnerabilidades relacionadas con el género, para favorecer su compromiso con masculinidades igualitarias”. Investigadores, académicos, grupos de activistas en América Latina, los Cómplices por la Igualdad y quienes colaboramos con Radio Educación coincidimos con ella: “los hombres podemos ser participantes activos en la construcción de una sociedad igualitaria”.
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“La violencia parece iniciar en el ámbito de lo incomprensible, pero también de lo real que nos involucra a todos”.
Las causas son multifactoriales y están relacionadas principalmente con el cambio en el rol social de las mujeres, la precariedad económica y la emergencia de identidades masculinas ligadas a la delincuencia y el narcotráfico que ganan fama con los usuarios de redes sociales. Es un error considerar que las nuevas expresiones de la masculinidad son todas positivas porque, en la realidad, también han proliferado otras que ejercen prácticas de la crueldad. Por esto, el antropólogo y maestro en Estudios de Género, Rodrigo Parrini, advierte que “Lo nuevo no significa lo bueno”
Una practica de la crueldad que ha crecido a niveles preocupantes en América Latina es el feminicidio. El chileno Gabriel Guajardo Soto, magíster en Psicología y especialista en salud mental y género, estudió las representaciones de los feminicidios en medios de comunicación digitales y en las publicaciones que analizó encontró 3 características fundamentales. Trivialización, sensacionalismo y “desdibujamiento de las víctimas”.
Para Solana Quesada Bartesaghi, Maestra en Género y Políticas Públicas, es importante visibilizar que las prácticas de la crueldad las sufren mujeres y hombres. Ella es enfática en que es necesario considerar también las experiencias de los varones cuando se habla de violencia de género para generar acciones integrales y políticas públicas que ayuden a prevenir la violencia y generar masculinidades igualitarias.
“¿Cómo podemos cambiar las identidades violentas por otras pacíficas y empáticas?”
Esta pregunta fue dirigida al doctor Rodrigo Parrini durante su presentación en la Conferencia regional: 20 años de estudios de hombres y masculinidades en América Latina, ¿Qué hemos hecho y hacia dónde vamos? Él respondió: “sabemos más del problema que de sus soluciones”:O
Los jóvenes somos testigos del surgimiento de masculinidades empáticas y comprometidas con la equidad de género, pero también hemos visto la proliferación de otras que son racistas, clasistas, machistas y extremadamente violentas. Muchos de nosotros estamos viviendo el dinamismo de una sociedad que se construye de una manera distinta, pero la queremos sin violencia ¿será posible esto? La maestra Solana Quesada afirma que “No existen recetas para acabar con la violencia de género” pero también dice que se puede trabajar en la “sensibilización y concientización de los hombres sobre sus propias vulnerabilidades relacionadas con el género, para favorecer su compromiso con masculinidades igualitarias”. Investigadores, académicos, grupos de activistas en América Latina, los Cómplices por la Igualdad y quienes colaboramos con Radio Educación coincidimos con ella: “los hombres podemos ser participantes activos en la construcción de una sociedad igualitaria”.
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