Estar bien conmigo mismo para estar bien con los demás. Diversos colectivos han comprendido la importancia de esta frase, que parece simple, pero es fundamental para mantener relaciones saludables con la pareja, la familia y con las personas que convivimos diariamente. Colectivos como La Lleca, WEM y Circulo Abierto para Hombres, consideran necesario comprender que trabajar desde la reflexión, las emociones y el entendimiento no significa consentir y justificar los actos de las personas violentas, sino hurgar en sus malestares para lograr cambios conscientes y sinceros. Así a contribuir al saneamiento de las relaciones interpersonales de los individuos y del tejido social.
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¿La reflexión a partir de las emociones provoca mejores cambios que el señalamiento y el castigo?
Sí, diversos activistas y grupos de trabajo con hombres están convencidos de los beneficios de la reflexión y el trabajo emocional porque, en su experiencia, las medidas punitivas provocan que la persona se aleje, no cumpla con los procesos de castigo, e incluso, se radicalice. Por otro lado, la integración y el afecto pueden lograr cambios significativos en las identidades violentas. Así trabaja La Lleca Colectiva, grupo de jóvenes que a través del performance y el afecto conviven con internos en la cárcel, en conjunto crean espacios de reflexión sobre sus conductas y su forma de ser. Walter Mejía fue uno de esos hombres que trabajó con La Lleca durante su estancia en el reclusorio sur.
No juzgar, no regañar ni señalar a las personas que se acercan en busca de acompañamiento es uno de los principios del Instituto WEM, asociación costarricense que trabaja con hombres violentos a través del afecto y el buen trato. Contactar con las emociones para reconocer los malestares que generan una masculinidad nociva es el método que utiliza el Instituto WEM, así lo refiere uno de sus integrantes, Jaime Enrique Chávez, teólogo y educador popular.
Entender a los hombres que han sido violentos y apelar a sus emociones no es justificarlos, es indagar en lo profundo de su ser para trabajar sobre las causas que originaron sus actos. Otra experiencia de intervención con hombres y sus emociones es el trabajo que realizó Jacobo Flores con habitantes del Yugüelito, comunidad marginal de Iztapalapa. Él es Maestro en Antropología.
Facilitar que los hombres hablen y externen sus emociones ayuda determinantemente en el proceso de reflexión individual, pero también colectivo, así sucede en Circulo Abierto para Hombres. En esta organización dedicada a la atención de hombres en conflicto es importante el trabajo constante sobre la salud emocional, la reflexión y la autocritica para construir entornos de convivencia más sanos, señala José Alfredo Cruz Lugo, comunicador, educador y especialista en género y masculinidad.
Estar bien conmigo mismo para estar bien con los demás. Diversos colectivos han comprendido la importancia de esta frase, que parece simple, pero es fundamental para mantener relaciones saludables con la pareja, la familia y con las personas que convivimos diariamente. Colectivos como La Lleca, WEM y Circulo Abierto para Hombres, consideran necesario comprender que trabajar desde la reflexión, las emociones y el entendimiento no significa consentir y justificar los actos de las personas violentas, sino hurgar en sus malestares para lograr cambios conscientes y sinceros. Eso es contribuir al saneamiento de las relaciones interpersonales de los individuos y del tejido social.
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